La capacidad de identificar todas las notas que se escuchan se conoce como oído absoluto, una virtud poco habitual que puede facilitar extraordinariamente la tarea del músico.
El oído absoluto en la música
¿Te imaginas poder identificar todos los sonidos que escuchas y ser capaz de recordar que nota musical exacta se ha interpretado? Esto es lo que se conoce como oído absoluto, una virtud muy poco frecuente y con evidentes connotaciones prácticas de cara a la interpretación musical. Al fin y al cabo, estos músicos pueden repetir melodías simplemente porque las han escuchado previamente, no precisando de partitura alguna. En algunos casos llegan a identificar cláxones o sonidos ambientales.
Pero sus aplicaciones no se reducen a la mera repetición de piezas musicales. La capacidad de identificar todas las notas también permite afinar con mucha mayor precisión dentro cuando se está tocando en un grupo con más instrumentos. Paralelamente, los músicos con dicha virtud extraen la tonalidad de las obras que escuchan, evitando las clásicas dudas de si tal nota estaba alterada o no y presentando evidentes ventajas de cara a la improvisación.
¿Virtud innata o trabajada?
Tradicionalmente, se ha aceptado que las personas capaces de identificar todas las notas poseían algo así como una virtud innata, un don. De este modo, estos ‘virtuosos’ tenían más aptitudes que la mayoría de músicos para dedicarse a la interpretación profesional. Esta teoría, sin embargo, se ha resquebrajado a tenor de las conclusiones de estudios más recientes, que apuntan a la posibilidad de trabajar esta habilidad desde la infancia.
Es más, los hablantes de determinados idiomas pueden incluso desarrollarla en mayor medida, en tanto su lenguaje pone más énfasis en la entonación que, por ejemplo, las lenguas de raíz latina. Sea como sea, no puede concluirse ni mucho menos que el oído absoluto defina a un buen músico. A lo sumo, este profesional -o aficionado- encontrará más facilidades para desarrollar su arte. Esta cualidad, por tanto, no es requisitoindispensable para ser un gran intérprete.
El oído relativo, una gran ayuda
Si no te encuentras dentro del selecto grupo de músicos que han conseguido desarrollar la capacidad del oído absoluto, puedes intentar avanzar en lo que se conoce como oído relativo. Esta habilidad es mucho más común y es más fácil de entrenar que la variante absoluta. Básicamente, el oído relativo es la capacidad de identificar intervalos musicales, tonalidades y notas musicales de manera aproximada. No se alcanza la precisión del oído absoluto pero presenta bastantes ventajas para el músico.
Por un lado, las actuaciones en grupo son mucho más dinámicas, por ser capaces sus miembros de interpretar varias canciones sin que alguno cuente con la partitura (esto es especialmente útil en la música de calle). Por otro, cuando se dispone de partituras solamente para algunas voces el resto de integrantes pueden adaptar las líneas melódicas de sus compañeros a su tesitura y tonalidad. No es casualidad que muchas charangas y bandas interpreten canciones de moda totalmente de memoria.
El oído se perfecciona escuchando
Desarrollar un oído relativo es algo que está al alcance de la gran mayoría de músicos si combinan la interpretación con la audición. El ensayo es fundamental para adquirir técnica y soltura pero escuchar mucha música puede llegar a ser todavía más importante, en tanto que vamos acostumbrando al oído a distinguir las notas. Un ejercicio muy útil en este sentido es el de escuchar piezas musicales mientras leemos su partitura. Poco a poco, esta habilidad se desarrolla casi imperceptiblemente.
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